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The peak-end rule and dessert at the buffet

30, Mar, 2020

By Cristina Rossello

Daniel Kahneman, psicólogo y Premio Nobel de Economía en 2002, publicó en 1993 un estudio conjuntamente con Barbara Fredrickson, Charles, Schreiber y Donald Redelmeier que demuestra la heurística psicológica que señala que las personas valoran sus experiencias promediando al 50% sus “peaks” (momentos más intensos) y “ends” la sensación experimentada al final, en vez de por el promedio de todos los momentos que vivieron, creando así la Peak-end-rule

Según esta evidencia científica, del postre o en su lugar del último plato que coma, se extrae el 50% de la experiencia, convirtiéndose así en un plato clave para la valoración de los clientes. 

Generalmente, en los buffets se le presta poca atención, obteniendo postres de baja calidad y con gran grado de alimentos artificiales como conservantes o edulcorantes. De hecho muchos hoteles no cuentan en su plantilla con una sección de pastelería, ni horno independiente ni cocinero destinado al postre, sino que van rotando o que asignan al que menos experiencia tiene. En realidad, no hace falta contar con un pastelero profesional, sino responsabilizar a uno y formarle.

En un sector cada vez más competitivo y en el que se busca cubrir las expectativas de los clientes que nos permitan una buena review en los principales portales de reputación online, la clave no se encuentra en un solo factor, sino en la combinación de diversos elementos que nos pueden ayudar a aumentar la satisfacción de nuestros clientes: 

  • Cantidad:No se trata de ofrecer una gran cantidad de postres, sino el número suficiente para que el cliente tenga la sensación de que puede escoger entre varias opciones, es por ello que podemos crear rincones temáticos con platos y mínimo dos postres de la temática creada, así sorprenderemos cada día a nuestros clientes con dos postres, además de darle la posibilidad de, en muchas ocasiones, probar nuevos platos.

 

  • Emplatado: Se eliminan aquellos emplatados complicados con frutas cortadas en forma de animales o plantas, las tendencias evolucionan y nosotros con ellas. Los clientes buscan y aprecian la sencillez, es por ello que se trata de buscar emplatados sencillos y con estilo, cogiendo fuerza los emplatados individuales.  A pesar de que prepararlos puede llevarnos más tiempo, nos permite reducir la merma y la ración que coge el cliente. 

 

  • Calidad: Los clientes son cada vez más exigentes y es por ello que se busca incorporar ingredientes naturales y recetas más caseras, este punto enlaza con la cocina de aprovechamiento, con la fruta que ya no podemos presentar en buffet podemos crear mermeladas, hacer mousses o siropes caseros que nos aportan más sabor que los industriales o con la bollería que se pone dura se pueden crear pudines o rellenarla de cremas dulces o salados delante del cliente.

 

  • KM0 / cercanía: en muchas ocasiones los turistas buscan aprender e integrarse en la cultura visita, es por ello que aprecian los platos típicos del lugar así como aquellos elaborados con ingredientes de kilómetro cero, para conseguirlo una buena idea es crear rincones regionales, así es común encontrar en los hoteles mallorquines postres como ensaïmadas o sobrasada. 

 

Desde the hotel factory trabajamos con nuestros clientes ofreciendo consultoría y  formación para todos los departamentos del hotel para que se puedan aprovechar al máximo todos los recursos de los que disponen y puedan garantizar la satisfacción tanto de sus clientes como de su personal.Si está interesado en conocer nuestros cursos de formación bonificada de cocina u otro departamento impartidos por nuestros formadores y coach certificados no dude en contactar con nosotros.